Cómo convertir los puntos débiles en fortalezas

Por Leire García Galardi, Executive Coach

Como coach, uno de los aspectos con los que tengo el lujo de trabajar con mis clientes son sus puntos fuertes. ¿Qué hacen bien de forma natural? ¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Qué características de su personalidad brillan con luz propia?

Centrarse en esa parte no es tarea fácil, ya que la mayoría de los clientes vienen al coaching con un montón de ideas de lo que “deberían mejorar”. Trabajar los puntos fuertes, creer en el propio potencial, y vivir lo que cada uno es, me parece esencial para empezar a construir algo nuevo desde ahí. Se trata de que el cliente no  juzgue lo que interpreta como negativo y evitar que, a la primera de cambio, retire de su mapa una aparente debilidad. Los clientes pueden aprender no sólo a reconocer sus fortalezas y a usarlas sino ir un poco más allá y convertir sus supuestas debilidades en poderosas armas.

Me explico con un ejemplo en el mundo del deporte. Me encanta el baloncesto, he jugado durante muchos años y estoy vinculada a este deporte personalmente desde casi siempre. Un día, en un partido de una Universidad americana de la N.C.A.A, analizamos el caso de un entrenador que hace exactamente lo que nos ocupa hoy: convertir una aparente debilidad, en la más potente de sus fortalezas. Es sabido que en el baloncesto, la altura es un factor muy importante. Brad Stevens, entrenador de la Universidad de Butler, se encontraba cada temporada que no podía reclutar a los mejores jugadores altos. Elegía a los mejores jugadores que podía, intentando que fueran lo más altos posible. Al final, conseguía un equipo de nivel medio, en relación a las mejores universidades del país. Un día decidió darle la vuelta al asunto. Dejó de considerar la ventaja de la altura como un factor decisivo y se centró en fichar a los mejores jugadores que podía conseguir, sin importar los centímetros. Consiguió tener un equipo muy bajo con jugadores que él valoraba y que tenían otras características muy valiosas para él (velocidad, versatilidad, compromiso, fortaleza, defensa, motivación, etc.) y así se convirtieron en uno de los equipos más potentes.

Algunas claves para conseguirlo:

•    No juzgar una característica propia, sea cual sea, como negativa
•    Ser creativo
•    No dar nada por supuesto
•    Huir de las “verdades absolutas”
•    Luchar por la autenticidad
•    Buscar “la diferencia” como base de la identidad personal o grupal
•    Creer en uno mismo

¿Qué se puede hacer para que una persona convierta el “soy demasiado sentimental” o “soy desordenado” o “soy tímido” en una fortaleza?

Algunas preguntas abiertas para la exploración con los clientes:

•    ¿Cómo puede ser “demasiado sentimental” una ventaja?
•    ¿Qué me aporta “ser desordenado”?
•    ¿Si no rechazo “soy tímido”, qué posibilidades se abren?

“Ser bajito” también era una aparente debilidad y el equipo de la Universidad de Butler consiguió alcanzar la Final Universitaria  (donde participan más de 300 equipos) siendo la sensación del año. ¡Brad Stevens consiguió renovar su contrato hasta el 2022!