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Competitividad en tiempos de crisis: ¿juegas a ganar o a no perder?

Francisco Giménez Plano, fundador de Augere

Competitividad

La pandemia ha puesto a las empresas ante el espejo y, lo que vemos al mirarnos, en la mayoría de los casos no nos gusta. Seguramente no estábamos preparados para afrontar el desafío competitivo que la realidad nos impone.

La falta de tamaño del tejido empresarial español sigue siendo un importantísimo lastre para la competitividad, que influye en la capacidad para dar respuestas a mayor escala y de estar preparados para afrontar las crisis con una mochila más repleta y variada de recursos.

La insuficiente presencia en mercados globales, a pesar del fuerte impulso de internacionalización de la economía y de la empresa española, así como del incremento del número de empresas exportadoras, todavía es una asignatura pendiente para la mayoría que, pensando en pequeño, se pierde las grandes oportunidades.

Una gestión del talento más que mejorable. Una experiencia del empleado con enormes lagunas y que prácticamente solo las grandes empresas son capaces de cuidar. Es simple, sin empleados satisfechos, no tendremos clientes satisfechos. Bien al contrario, cualquier compañía inteligente sabe que convertir a sus empleados en embajadores de su marca resulta tener un extraordinario impacto, también en la cuenta de resultados.

Una cultura de compañía que en muchos casos hace grietas en tiempos de crisis. Lo que se defendía como fundamental se desmorona ante la adversidad, para centrarse en factores puramente higiénicos, donde lo importante, ya no son las personas, como antes nos enorgullecía decir.

Algunos aspectos maquillan el reflejo en ese espejo, como ha sido la masiva adopción de tecnologías que han facilitado el teletrabajo de las personas empleadas y la aceleración de la digitalización, sobre todo en el ámbito de la relación con el cliente, abriendo un nuevo y amplísimo terreno de juego al que muchas empresas no se habrían lanzado. Todo ello, con seguridad, nos ha hecho recorrer el camino que hubiera costado una década, en tan solo unos meses.

Un cambio de mentalidad

Todos estos desafíos competitivos no se podrán abordar en las pequeñas y medianas empresas si no es con un cambio radical de mentalidad. El contexto ha cambiado y las soluciones deben ser más creativas e innovadoras que nunca. Disruptivas. Pero la gran pregunta que debemos hacernos ahora, sigue siendo la misma: ¿jugamos para ganar o lo estamos haciendo para no perder?

Jugar a no perder significa asumir el papel de víctima, ceder el control de nuestras estrategias y acciones y reconocer que no tenemos opciones sobre las que construir alternativas que nos permitan afrontar los desafíos que se nos presentan.

Por el contrario, jugar a ganar significa hacernos dueños de nuestro futuro con responsabilidad, viendo los retos que tenemos que afrontar como oportunidades para reforzarnos y abrir nuevos canales en nuestros negocios o desarrollar nuevos productos o servicios, identificar nuestras fortalezas y traccionar sobre ellas las soluciones que necesitamos poner en marcha.

Con seguridad, los tiempos turbulentos que nos toca vivir van a exigir poner foco en aquellas pocas cosas que mejor sepamos hacer, que marquen la diferencia y generen una ventaja competitiva sobre la que construir nuestro futuro. No olvidemos que donde ponemos el foco, ponemos la energía y, donde ponemos la energía, las cosas suceden.

Pregúntate: ¿Qué reto tengo que afrontar en este momento? ¿Quién estoy llamado a ser? ¿Cómo decido afrontarlo desafiando mis perspectivas? ¿Cómo puedo responder de una manera más eficiente? ¿Cómo puedo afrontarlo con valentía asumiendo un riesgo controlado? ¿Qué estoy aprendiendo de esta situación?

Define tu próximo paso y mide

Detrás de ti, sientes el tiburón que viene persiguiéndote. Tu próximo paso te lleva a un terreno desconocido, ya que si acabas llegando a un lugar que te resulta familiar, seguramente no será el adecuado.

Toma decisiones y acciones con determinación para salir del lugar en el que estás, y ¡hazlo ya!. Estírate para ir más allá del nivel en el que hasta el momento has estado operando. Pon al cliente en el foco de todo ello, tratando de resolver sus problemas y de hacerle las cosas muy fáciles. Haz que se trate de que todos a tu alrededor formen parte, se sientan implicados y contribuyendo, creando un “eco-sistema”, por encima de ese “ego-sistema” en el que lo importante solo eres tú. Un “eco-sistema” en el que todos sus componentes se ponen al servicio del conjunto con una manifiesta actitud emprendedora. Las soluciones provienen de todos, sin caer en el error de declinar la responsabilidad en los demás, hoy personas teletrabajadoras en su mayoría, que han abrazado las nuevas formas de trabajo con enorme productividad, pero también con un sacrificio personal difícil de sostener en el tiempo. ¡Cuídalos! Y, finalmente, no pierdas el ojo en la generación de caja.

Para que tu próximo paso y el de tu compañía tenga la efectividad que deseas tiene que trascender y que de algún modo suponga una contribución significativa para tus stakeholders. ¡Mide el avance! Muchas empresas se enfocan en medir sus procesos operativos. La mayoría miden sus resultados. Pocas miden el impacto de lo que hacen en sus clientes y en el entorno. Y muchas menos las que se enfocan y miden su contribución. Esto es lo que marcará la diferencia, por que es lo que realmente tiene sentido. También ahora, pues el cliente sigue deseando aquellos intangibles que continúan aportando valor más allá de la razón por la cual los productos y servicios han sido creados.

Reinventarse

Si tu compañía, o tú mismo, no has afrontado la reinvención como algo siempre necesario y que se ha de acometer cuando el viento es favorable, lo tendrás que hacer ahora, porque la reinvención es en este momento fundamental para garantizar la competitividad que permitirá la supervivencia de tu negocio.

 

 

 


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Reinventarse! El programa on-line con el que escribirás de forma exitosa el próximo capítulo de tu vida¿Has de enfrentar un reto importante o una situación de adversidad? ¿Estás en una encrucijada y necesitas clarificar el camino a seguir? ¿Tienes que poner foco en tu siguiente etapa vital? ¿Sientes que contar con un soporte adicional te sería de gran ayuda? Si este es tu caso, el programa REINVENTARSE es para ti.

 

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Post publicado por Cepymenews

Acompañando la competitividad de las empresas

Por Francisco Giménez Plano, CEO de Augere

Hace unos días tuve la oportunidad de representar a Augere en un programa para más de 60 emprendedores de todo el muno, en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston y pude confirmar la necesidad de reinvención que tienen las economías tradicionales en las que operan nuestras compañías, en las que nuevas maneras de relacionarse, de hacer negocios y de aplicar el conocimiento y la tecnología se están abriendo paso a gran velocidad.

Como consecuencia de ello, a la vez que evolucionan los mercados y la manera de abordar las necesidades de nuestros clientes, tenemos que reinventar nuestras propias empresas, diseñando nuevos modelos de negocio que nos permitan ser competitivos en mercados globales, aprovechando oportunidades locales, contribuyendo, a su vez, a aumentar la empleabilidad de nuestros colaboradores y frenar la destrucción de empleo que vivimos en algunos mercados, como son los del sur de Europa.

Cinco claves para la competitividad

Para ello, si atendemos a nuestra reflexión acerca de lo que vemos en nuestros clientes en los mercados en los que venimos desarrollando nuestra actividad y desde la reflexión más global respecto a cómo vemos que evolucionan los acontecimientos, consideramos que hemos de poner claro foco en cinco elementos que contribuyen a la mejora de la competitividad en las empresas:

  1. El desarrollo del liderazgo de nuestras organizaciones poniendo en valor el talento de las personas en todas las operaciones de la compañía pero sobre todo, en los proyectos estratégicos para la misma;
  2. La mejora de la productividad optimizando nuestro tiempo de trabajo y la flexibilidad en la manera de abordarlo, poniendo equilibrio entre los diferentes aspectos de la vida de las personas, y generando un espíritu de co-responsabilidad por los resultados;
  3. La innovación para salir de la zona de confort y aprovechar y crear oportunidades a través de nuevos productos y servicios y nuevos modelos de negocio disruptivos, en los que claramente la tecnología tiene un papel clave;
  4. La integración de los dilemas derivados de la creciente diversidad cultural en la que nos manejamos, y
  5. La construcción de un vínculo a largo plazo con nuestros stakeholders basado en el sentido y en la voluntad de formar parte de una misma comunidad que comparte valores y unos atributos de vida comunes.

Nuevas herramientas para la competitividad

El binomio inseparable formado por tecnología y talento es imprescindible para mejorar la competitividad de las empresas. En el futuro presente, el uno sin el otro y el otro sin el uno pierden la oportunidad de desplegar su máximo potencial. La tecnología ha de proporcionar a las compañías una extraordinaria capacidad de diagnóstico, gestión y monitorización de su posicionamiento, performance y enganche con el cliente. Las personas han de tener la capacidad de interpretar las señales e informaciones que el entorno les proporciona y la tecnología les suministra de manera elaborada para tomar las mejores decisiones.

Para abordar las nuevas herramientas para la mejora de la competitividad de las empresas me gustaría hacer tres consideraciones:

    1. Los clientes ya no entran por la  puerta de nuestro establecimiento, están al otro lado, en algún punto de la red.

Cobran especial relevancia las metodologías que permiten a la compañía saber con claridad dónde están sus clientes, detectar “océanos azules” en su mercado y sector, así como las tecnologías de captación de datos provenientes del análisis inteligente de los hábitos de los consumidores, los patrones de funcionamiento de las propias empresas, el análisis del sentimiento en la red, la propia valoración de los stakeholders sobre el grado de construcción de comunidad con las empresas.Posicionar nuestro negocio en la red poniendo en valor los contenidos que nos diferencian es un elemento fundamental para el futuro de nuestro negocio, de manera que nos permita atraer a los clientes en lugar de ir a buscarlos. Resulta especialmente interesante las metodologías desarrolladas para ello por Brian Halligan, CEO de HubSpot (Pau Valdés-Inbound Cycle, en España) o David Meerman Scott, alrededor del marketing en tiempo real.

    1. Las estrategias y modelos de negocio tradicionales ya no responden a las necesidades de los nuevos clientes

Nuevos clientes y nuevas necesidades requieren nuevas respuestas, así como el necesario enfoque estratégico y sistemas de dirección que permitan alinear a las personas de la organización y favorecer su corresponsabilidad con las estrategias de negocio que mejor respondan a su posicionamiento competitivo en su mercado. Recomendable sin duda en lo que se refiere a construir una cultura de corresponsabilidad y alineamiento para acelerar el crecimiento del negocio de una compañía son las metodologías de Verne Harnish, descritas en su libro “Mastering the Rockefeller Habits: What You Must Do to Increase the Value of Your Fast-Growth Firm”.

Por tanto, enfoque y alineamiento, corresponsabilidad de la estructura organizativa y ejecución efectiva, así como de los sistemas de dirección, evaluación e incentivación empleados por la compañía, que garantizan el clima necesario para crear una cultura de alto rendimientofavorecedora de la competitividad de la compañía van a formar parte de nuevos modelos de negocio que nos permitan responder de forma exitosa a las necesidades de nuestros clientes. Un buen referente de dichas metodologías sería Alex Osterwalder.

    1. La información y las métricas se han convertido en algo imprescindible

La monitorización de todos procesos de negocio generados es clave para el perfeccionamiento organizacional. Será a través de las métricas, tanto económico-financieras como de performance, como una compañía será capaz de optimizar sus recursos organizacionales en beneficio de los factores clave de competitividad que le diferencien de manera clara y a poder ser disruptiva, en su mercado.

Cuál es el siguiente paso a dar en mi empresa

Tener un diagnóstico de qué está pasando en mi compañía es fundamental para tomar las decisiones adecuadas y enfocar los primeros pasos que me permitan mejorar la competitividad de mi compañía. Este diagnóstico puede ser más extenso, pero, al menos, me gustaría proporcionarte algunas preguntas de reflexión. Para responderlas, sincérate contigo mismo y, simplemente, contesta sí, si crees que se da al 100%. Si no se da al 100%, contesta no:

  1. ¿Tienes una estrategia que inspira y guía a tu equipo?
  2. ¿Son claramente visibles los valores clave de la compañía para tu equipo?
  3. ¿Tienes definido un claro posicionamiento de marca?
  4. ¿Tienes definido un claro perfil de tu cliente para cada uno de tus productos o servicios?
  5. ¿Mides periódicamente tu capacidad de atracción de clientes y de conversión de oportunidades de negocio?
  6. ¿Has creado o rediseñado alguno de tus productos, servicios o procesos en los últimos doce meses?
  7. ¿Es tu equipo plenamente funcional?
  8. ¿Mides el desempeño de tu equipo a través de indicadores clave cada semana?
  9. ¿Conoce tu equipo las consecuencias de su buen o mal desempeño?
  10. ¿Tienes identificados los factores de riesgo de tu negocio?
  11. ¿Mi negocio genera la rentabilidad que espero?
  12. ¿Es este el negocio en el que quiero estar los próximos 10 años?

Podríamos alargar este cuestionario con muchas más preguntas, pero éstas pueden ser un primer paso para tu reflexión. Esperamos hayas podido responder sí a todas ellas. Si no, piensa en cuál es la siguiente acción que deberías tomar para mejorar en ello.