¿Piensas que la presión en el desempeño puede interferir en la capacidad de tu equipo para pensar con claridad y mantener la calma cuando se enfrenta a un cambio imprevisto? Dado el ritmo acelerado del entorno, ¿cómo te aseguras de no perder una oportunidad de innovación?
El MINDFULNESS o la atención plena se está convirtiendo rápidamente en un contribuyente importante para la eficacia y el bienestar en el lugar de trabajo. A lo largo de la última década, muchas organizaciones han adoptado la atención plena en el trabajo, por ejemplo, Apple, Google, GlaxoSmithKline, KPMG, Harvard Business School, por nombrar sólo algunas. Muchos altos ejecutivos, como Jeff Weiner (LinkedIn), William Clay Ford Jr (Ford) y Mark Benioff (SalesForce) son fuertes promotores de Mindfulness. ¿Están siguiendo una corriente?
“Si te sientas y observas, verás lo inquieta que está tu mente. Si tratas de calmarla, solo lo empeoras, pero con el tiempo se calma, y cuando lo hace, hay espacio para escuchar cosas más sutiles – ahí es cuando tu intuición comienza a florecer y empiezas a ver las cosas más claramente y a estar más en el presente. Ves mucho más de lo que podías ver antes […] Es una disciplina, hay que practicarla.”
Steve Jobs
¿Qué es el mindfulness?
En su esencia, el mindfulness es entrenar la atención – una práctica que entrena tu mente para enfocarte en tu experiencia del momento actual, de una manera no crítica y no reactiva. Es simple pero no fácil. La práctica de la atención plena implica darse cuenta de las cosas deliberadamente, tanto dentro de uno mismo (respiración, sensaciones corporales, pensamientos, emociones) como en el entorno (personas, lugares, naturaleza). Los ejemplos incluyen tiempo diario de meditación y reflexión, pausas de respiración profunda, movimientos conscientes y técnicas de atención.
Muchos de nuestros lugares de trabajo se caracterizan por una presión de rendimiento constante, sobrecarga y complejidad de información, expectativas de estar «siempre disponibles» y múltiples distracciones. Nos apañamos realizando múltiples tareas a la vez, «haciendo más» y ejecutando cada vez más rutinas en «piloto automático», a menudo reaccionando de manera poco efectiva. Mientras que nuestro entorno externo sigue cambiando rápidamente, las estructuras de nuestro cerebro no han cambiado mucho durante milenios – ¡necesitamos urgentemente incorporarnos al siglo XXI!
Los avances de la tecnología de la neurociencia ahora muestran los efectos de nuestras ocupadas vidas (laborales) en nuestro bienestar y rendimiento. El estrés continuo y la multitarea desenfocada dañan nuestra productividad, nuestro cerebro y nuestras relaciones. La buena noticia es que, con práctica y dedicación, las prácticas de la atención plena producen múltiples efectos positivos y nos ayudan a mantener el equilibrio y la eficacia en el mundo complejo, acelerado y desafiante de hoy.
Existen numerosos estudios sobre los beneficios de la atención plena en el trabajo. Aparte de una mayor resiliencia, ayuda a crear «espacio mental»: pensamiento claro, creatividad y percepción aguda en entornos complejos. Una mayor capacidad de concentración mejora la capacidad de atención, la retención de la memoria y la resolución de problemas. Más presencia y menos juicio fomentan una conexión más profunda y facilitan el crecimiento.
Mindfulness y transformación organizacional
Si el mindfulness en las organizaciones sólo se considera que ayuda a los empleados a sobrellevar mejor las situaciones difíciles y a mantener un alto rendimiento, se pierden algunos aspectos esenciales de sus beneficios reales para las organizaciones. Estar atentos nos permite operar desde la elección, reduciendo los sesgos y percibiendo claramente si debemos reflexionar, decidir, actuar o confrontar. Estas competencias no sólo son valiosas para los empleados individuales, sino que también son ingredientes poderosos para los procesos de cambio organizacional.
Sin embargo, todavía existe una brecha entre las prácticas individuales de mindfulness y la transformación organizacional. Hallazgos preliminares se pueden encontrar en investigaciones realizadas por la Universidad de Bremen, basándose en «Mindfulness Organizacional» de Sutcliffe & Weick. La atención plena a nivel organizacional puede definirse como una apertura sistémica y colectiva a lo que está emergiendo, tanto desde dentro de la organización como desde fuera. El diálogo, la confianza y la inteligencia colectiva son los pilares de una organización atenta. A continuación, esbozamos algunas consideraciones clave sobre cómo integrar la atención plena en los procesos que permiten el aprendizaje y la evolución organizacional.
Innovación y mejora continua
- Presta atención a los efectos secundarios no deseados de las acciones y decisiones, ¡positivos y negativos! Contempla el panorama completo de lo que está emergiendo, y no de lo que uno quiere ver.
- Considera que los aparentemente insignificantes «pequeños problemas» o «contratiempos» podrían indicar síntomas de problemas más serios en ciernes.
- Comunica y modela una cultura en la que es seguro cometer errores y en la que los errores y fracasos pueden transformarse en oportunidades de aprendizaje.
- Fomenta el diálogo crítico y las opiniones divergentes en todos los niveles de la organización.
- Capacita a los empleados en técnicas efectivas de feedforward y feedback.
- Recompensa el manejo de los errores, es decir, su notificación, transmisión, análisis y procesamiento, en aras del aprendizaje de la organización.
- Permite que los errores y las desviaciones se conviertan en una fuente de innovación – sé explícito en tu comunicación sobre esto.
Indagación y cambio de perspectiva
- Ten cuidado con simplificar las interpretaciones y percepciones de la realidad – esto ocurre particularmente bajo la presión del rendimiento o el tiempo.
- Aumenta la diversidad y las múltiples perspectivas – invita a personas externas a reuniones o foros, usar «comodines» o asignar roles específicos para introducir otras perspectivas.
- Dedica personas y procesos a «escanear o escuchar» (a stakeholders externos, redes, clientes, etc.), sin agenda particular. De esta manera se percibe lo que se necesita, lo que se quiere decir y lo que quiere emerger.
- Al resolver problemas, “siéntate” con el problema, deja que madure. Siempre que sea posible, y especialmente con decisiones importantes, reduce la presión para llegar a una conclusión demasiado rápido.
Resiliencia y Conexión
- Reduce la necesidad de «predecir y controlar» todo. Ayuda a los empleados a abrazar un cierto nivel de ambigüedad e incertidumbre.
- Comprende que la vida (de negocios) es cíclica y apoya a las personas en tiempos difíciles mediante la prestación de coaching y apoyo psicológico.
- Celebra intencionalmente el inicio y el fin de los proyectos.
- Organiza jornadas de equipo o retiros organizacionales regulares con el objetivo de reconectar, integrar y co-crear nuevos futuros juntos.
- Proporciona espacios o salas dedicados a la quietud o la reflexión.
- Al comienzo de las reuniones, asegúrate de que los participantes se conecten realmente entre sí, utilizando, por ejemplo, un minuto de silencio, visualizando el propósito común de la reunión y el check-in personal.
- Fomenta las comunidades de aprendizaje, “buddy systems”, los intercambios entre pares. Esto da vida al ecosistema organizacional, estimulando las relaciones y el intercambio de ideas.
Hemos visto que el prestar atención tiene beneficios reales a nivel organizacional, ya que puede impulsar el diálogo auténtico, la confianza y la inteligencia colectiva. El profesor del MIT Otto Scharmer ha integrado mindfulness en su «Teoría U» – este planteamiento de change management va mucho más allá de las prácticas individuales al integrar la investigación-acción (action research) en los procesos colectivos de transformación. La Teoría U nos ayuda a dar vida al «futuro emergente» ahora – escribiremos más sobre este método en un próximo artículo.