“En la naturaleza las bacterias son las maestras de la innovación […] cuanto mayor es el grado de incertidumbre, mayor es el ritmo de mutación y cambio.” Por deformación profesional, a partir de esta idea que brillantemente recoge Eduardo Punset en su libro, Adaptarse a la Marea (primera edición 2004), pienso rápidamente en la capacidad de innovación y adaptación de las organizaciones.
Frente a un entorno turbulento, nuestro cerebro más arcaico nos conduce a la duda, el miedo y la parálisis. Los estados emocionales se transmiten y se propagan provocando que las empresas opten por protegerse y refugiarse en el orden interno, en las reglas y aprendizajes esculpidos en piedra del pasado y en un managment enfocado a evitar riesgos. ¿Cual es el factor clave para provocar la innovación y la mutación permanente para la adaptación exitosa?
Constato en mi trabajo con empresas, que las que mejor están afrontando las turbulencias actúan de forma decidida en la creación de un ambiente de innovación, iniciativa y liderazgo. Un ambiente basado en la colaboración y no en el individualismo heroico; donde se establecen vínculos sólidos entre las personas; con un liderazgo participativo y compartido. Un ambiente de trabajo aromatizado por fragancias de flexibilidad y miradas de perspectiva múltiple frente al pensamiento único y la intransigencia, y por último, un ambiente que invita y premia la asunción de riesgos como base del aprendizaje y la evolución positiva.
¿Por dónde empezar para crear este tipo de ambientes dinámicos que potencien el cambio y la innovación? ¿Dónde centrar nuestras prioridades?
Dos vías aparecen como imprescindibles:
• El desarrollo de un nuevo liderazgo en todos los niveles organizativos. Un liderazgo que emerge de un trabajo interior de descubrimiento y transformación personal. Un liderazgo que todos tenemos y que potenciamos en programas de desarrollo, que van más allá de los cursos de Liderazgo concebidos como un compendio de habilidades y herramientas, y que complementamos con Executive Coaching.
• Una segunda vía muy potente el Coaching de equipos. Una novedosa forma de trabajar con equipos facilitando la toma de consciencia y el profundo descubrimiento de las fortalezas del equipo, los retos a los que se enfrenta el sistema y las palancas para avanzar y afrontar con garantías el presente turbulento.
Existen metodologías de éxito que facilitan a las organizaciones y a las personas adaptarse al contexto ofreciendo nuevas posibilidades. Cuanto antes nos pongamos en marcha más fácil será nuestra adaptación, mayores las recompensas y menores los costes emocionales y económicos que implica la inadaptación al entorno. Cuanto que aprender de la naturaleza, cuanta más cambio e incertidumbre fuera, más debemos impulsar la innovación en el interior. ¡Es una cuestión de supervivencia!