El concepto y significado de la expresión Carpe Diem planea constantemente en mi
vida y su aura me ha conducido al mundo del coaching.
Tengo la convicción de que el Carpe Diem puede ejercer de “despertador” a muchas
vidas adormecidas, ayudando a tomar conciencia y a seleccionar lo esencial e
importante, y descartar lo banal y superficial. Para ello, a menudo es imprescindible
“una parada en el camino” para hacer balance de donde estamos, y a donde queremos ir.
Lamentablemente, aunque parezca mentira, la mayoría de los mortales pasan por
la vida medio dormidos y distraídos con valores más relacionados con su ego, que
con su esencia, con su SER. Obsesionados con TENER cuanto más cosas materiales
mejor para competir de forma mezquina con los de su entorno, se llenan de vacío y
superficialidad, y pierden el norte de lo que realmente vale la pena y un tiempo que
no volverá, el tren de su vida.
Mucha gente adinerada está perdida, buscando fuera de sí mismos “migajas” de
placer o satisfacción, de cariño, seguridad o amor, cuando en su interior tienen un
tesoro mucho más grande que cualquier cosa material que el mundo les pueda
ofrecer. Son gente rica materialmente, pero muy pobre cultural y espiritualmente.
La esperanza o creencia de que estadísticamente viviremos al menos 80 años (que
solo son 960 meses), nos hace despreciar el valor de nuestro tiempo. Es lógico que
con esta expectativa de esperanza de vida, no se practique el Carpe Diem. Sin
embargo, en situaciones extremas como por ejemplo cuando muere algún amigo o
familiar inesperadamente, cuando no tocaba, es cuando todos los esquemas se
rompen, se dejan de lado todas las tonterías y nuestra mente entra en estado de
“shock”. Es cuando nos despertamos para reflexionar si estamos aprovechando
verdaderamente la vida, si estamos valorando nuestro tiempo, si estamos amando
tanto como podríamos a nuestra pareja, hijos, familia y amigos, si estamos
trabajando en el proyecto profesional que más nos gusta y más ilusión nos hace,
etc…
Tenemos una gran oportunidad con la Vida que nos ha sido dada, y ese regalo sólo
se nos da una vez. Es nuestro el poder de elegir qué hacer con ella. De lo que se
trata es de ser lo más coherente posible entre lo que uno piensa, su filosofía de
vida, y su comportamiento en todos los entornos, también en la empresa, donde
cada persona invierte una parte importante de su tiempo, de sus vida. Por tanto, lo
primero de todo es tener clara la filosofía de vida. El concepto Carpe Diem, ayuda
a recordar si vamos bien por el camino de la AUTENTICIDAD.
El Carpe Diem respecto al amor en pareja, es dejarse de tonterías y valorar como
es debido la relación, y no confiar en que la pareja lo será toda la vida sino
trabajar para que así sea. El ritmo de vida actual no ayuda a tener el diálogo que
se debería tener, y a veces, sobre todo en la época en que los hijos absorben la
mayor parte del tiempo libre de la pareja, es importante salir de casa, y hablar cara
a cara, relajadamente, y mirándose a los ojos.
Carpe Diem es no tener miedo al amor, no tener miedo a sacar tu esencia y
desnudar el alma para dar y recibir. Es arriesgar, y ser valiente, pero sobre todo, lo
que quiere decir Carpe Diem, es VIVIR, querer aprender a vivir intensa y
apasionadamente.
Uno de los sentidos de la vida más consensuados se resumen en la sencillez de la
frase “amar y que te amen”, pero cada uno debe encontrar en su interior su propio
sentido, qué cree que ha venido a hacer aquí, y cuáles son los grandes objetivos o
misiones de su vida.
La Filosofía Carpe Diem no funcionaría ni tendría ningún sentido sin el amor, que a
su vez es, junto con la conciencia del SER, el camino de la felicidad.